No puedo dejar caer mis pies al lodo absurdo, sigo mirando al cielo y no encuentro nubes que me cubran del sol nocturno. Frente a mis pensamientos está tu sombra que no me deja ver mi camino... volteo a ver las luces que deje atrás y todo ya se ha apagado. Pero tu sombra sigue ahí, brillando dentro de lo obscuro, caminando a pasos firmes hacia un horizonte que no conozco.
No me deja avanzar, me deja un pasado a medio borrar, por lo que fué el origen de aquella dicha, aquel cuerpo de donde provenía dicha sombra. Si fuese Fenix podría renacer de las cenizas, mas ahora veo mis dedos desarmarse a medida que camino tras de ti. A recuerdos y heridas al no volver a verte procuro seguir en pié y no perderme, pero caigo cuando creo ver que aquella sombra se aclara... Cuando imagino que volteas a ver lo que en mí has dejado. Pero sólo es un sueño que tras un buen porrazo despierto para volver a ver su espalda, esa espalda de aquella sombra que camina a unos pasos de mi.
He llegado a correr tras ella, pero algo pasa que se aleja a medida que avanzo, mantiene su distancia pero no permite que me acerque, intentando recordar la procedencia de aquella sombra, busco un rostro que me es familiar, un aroma suave y un sabor salado despierta mis sentidos... puedo recordar sus facciones pero no logro recordar su nombre.
Ahora, puedo recordarlo... cada 21 de Noviembre lo recordaré en silencio. Simulando de que ya eres parte de mi pasado, pero teniendo presente que yo vivo en un mundo olvidado... Donde vives como recuerdo, como presente y como aquel posible futuro que alguna vez imaginé...
Hoy te recuerdo... y no dejaré de hacerlo, has sido imagen de inspiración, como lo eres de deseo... Como dice la canción... "sonreir será un lujo que olvide, cuando te haya olvidado"... y como mujer, seguiré escribiendo en nombre de tu aroma y de tu dedos... pero especialmente en nombre de tu sombra de tus ojos certeros.
Sandra Jorquera.