A vidrios empañados recuerdo como después de aquel escape, una ducha helada en verano cubría mi secreto.
Aquella espuma de violetas tras cada gota, una bata de telas secaban aquel deseo de ser algo más que privilegios de lujuria. Esa sensación de uso entre sabanas a medio poner y dejo a polvo en los labios... Esa busqueda en vano de un beso espontáneo... una respuesta cariñosa... un apoyo, que a su debido momento, nunca pude encontrar.
A momentos, tan calido y a otros tan frío... Siempre intentando reparar esa sensación de abandono, con salidas al cine o comentando cosas personales... Sabiendo que estabas con alguien más... y yo, gran premio de consolación...
...La lluvia a cesado... y siempre me queda lo mismo cada vez...
Esa sensación de silencio, donde ni mis gritos se podrían oír.
